Después
de atender a los aspectos meteorológicos y climáticos repasados en el artículo anterior, debéis prestar atención y
cuidado a la limpieza general de vuestra Viola. Con regularidad quita el exceso de resina de las cuerdas y del instrumento con una trapo suave y seco. Cuando la resina se acumula puede dañar algunos tipos de barniz y puede hacer que el sonido de las cuerdas sea deficiente si se incrusta. En general, si el arco tiene demasiada resina, el resultado sonoro será áspero y terroso; el exceso de resina será visible en cuanto las crines entren en contacto con las cuerdas. No es necesario aplicar resina al arco cada vez que uno va a tocar. Para una limpieza más extensa de la Viola, debéis de atender a los siguientes parámetros:
Clavijas
- Variaciones en la humedad debido a cambios de
estación o temperatura.
- Cuerdas incorrectamente enroscadas.
- Ajuste inadecuado a la cabeza del instrumento. Es decir, que no encajan perfectamente. (Sucede normalmente cuando el instrumento es adquirido en una tienda y es montado por un no especialista en la materia. Un consejo, los talleres de luthería están para algo más que para reparar nuestros instrumentos, pueden orientarnos en su búsqueda y/o adquisición).
Las clavijas resbalosas son un problema común durante
el invierno porque estas se contraen cuando el clima es seco. En la mayoría de
casos enroscar la cuerda nuevamente en la clavija resuelve el problema, pero si
las clavijas continúan resbalosas o no giran uniformemente será prácticamente imposible
afinar la Viola, os aconsejaría aplicar un poco de tiza en sus zonas de máximo
contacto con el orificio de la cabeza del instrumento. Si todavía continúan los
problemas, es probable que la causa sea un inexacto encaje de la clavija. Un
profesional cualificado puede reajustarlas y resolver el problema en unos pocos
minutos.
Si las clavijas están rígidas, el
problema se debe con frecuencia a su expansión por exceso de humedad o por falta de lubricante para clavijas. Si no queréis invertir dinero en ese pequeño accesorio, podéis utilizar una pastilla de jabón lo menos graso posible aplicándolo directamente sobre la clavija. Lubricarla y/o reposicionarla un poco más hacia fuera
(alejada del clavijero) puede ayudar a un manejo más suave.
Cuerdas
Para asegurar que el
sonido de nuestra Viola esté siempre al máximo de su potencial, es
necesario cambiarlas cada cierto tiempo. Como es lógico, las cuerdas pierden
gradualmente su calidez y brillantez aún si el instrumento no es utilizado
frecuentemente. Como músico profesional, presto siempre especial atención en
utilizar unas cuerdas de gran calidad, que cada dos o tres meses me veo
obligado a cambiar porque pierden sus propiedades, lo que hace que tenga que invertir mucho dinero cada poco tiempo. Los estudiantes de
Enseñanzas Básicas generalmente deberían reemplazar sus cuerdas anualmente, aunque
un estudiante de Enseñanzas Profesionales debería hacerlo cada seis meses si
estudia y trabaja regularmente.
Cuando cambies tus
cuerdas, siempre tienes que hacerlo de una en una, nunca a la vez, asegurándote de que el puente no
se incline hacia delante o hacia atrás cada vez que la hayas terminado de poner. Para enroscar cada cuerda en la clavija,
mantén cierta tensión en la cuerda en todo momento, introduce la punta por el
hoyo de la clavija, gírala un par de veces e introduce la parte final de la bolita en el cordal. Mantén la cuerda lo más pegada a la pared del clavijero con un dedo mientras la enroscas. De esta forma la cuerda quedará envuelta hacia el lado correcto.
Un truco, enrosca siempre las cuerdas lo más cerca posible a la pared del clavijero, ayudará a prevenir que las clavijas se resbalen, una mayor estabilidad y ajuste de su tensión, ayudando que las vibraciones que se producen se propaguen armónicamente con mayor facilidad por todo el cuerpo del instrumento.
Tensores
Normalmente los tensores vienen incluidos en los instrumentos de cualquier calidad destinado a los principiantes. También se pueden adquirir en la tienda por separado. Recordad que siempre podréis hacer un ajuste más preciso y rápido de la afinación si los utilizáis.
Si no prestáis atención,
la suciedad puede impedir que giren correctamente hasta que se atascan
perdiendo su suave funcionalidad, con lo que si notamos alguna dificultad en su
manejo, hemos de reaccionar lo antes posible. ¿Cómo? Desenrosca con cuidado el
tornillo del tensor y embadúrnalo de ese jabón del que te hablé antes, ya verás
cómo funciona. Si el tensor queda totalmente rígido y no hacéis nada, terminará
doblándose por la presión que soporta de la cuerda, con lo que será imposible
girarlo sobre sí mismo y habrá que sustituirlo. Normalmente suele pasar con los
tensores que vienen incorporados al cordal de fábrica y los que se venden por
separado de mala calidad. No hace falta un tensor sofisticado, sino uno que
esté hecho con un buen material metálico y resistente.
Puente
Este soporte tallado en
madera sostiene las cuerdas a una correcta altura y distancia una de la otra, transmitiendo las vibraciones y la energía del sonido de las cuerdas al cuerpo del instrumento.
Cada puente debe estar tallado con precisión por un luthier, acomodándolo a la tapa de cada instrumento en particular. Debido a que el puente
es frágil y no esta pegado a la tapa de la Viola, es tremendamente sensible a los golpes, con lo que debemos prevenir
cualquier impacto. Asegúrate de que el puente
permanece derecho y en forma vertical. A pesar de que se le dé un uso regular
y mantengamos el temperamento específico (entre 440Hz y 442Hz), el puente gradualmente se va a inclinar hacia adelante o
hacia atrás, en dirección a las clavijas o a los afinadores. Si permanece en esa incorrecta posición eventualmente, se va a doblar debido a la
tensión de las cuerdas. Un puente que está ligeramente doblado puede ser
enderezado sin problemas por vosotros mismos, sin embargo, si el puente está severamente
doblado necesitará ser reemplazado. Para extender el período de vida de un
puente, revisa con regularidad su posición y enderézalo cuando sea necesario.
Para ello, necesitarás sostener firmemente el puente desde su base con los dedos de una mano, mientras empujas y lo pones derecho cuidadosamente en su posición vertical normal con los dedos de la otra. Si no te sientes cómodo haciendo esto, estaré encantado de ayudarte. El alma puede caerse si no recibe la justa presión del puente contra sus tapas, con lo que debéis de evitar cualquier movimiento brusco del instrumento si se os cae. Mirad atentamente el interior de la caja de resonancia:
Si tenéis alguna duda específica o queréis saber más trucos técnicos para el mantenimiento de vuestras Violas no dudéis en preguntar en clase o poneos en contacto conmigo a través del Aula Virtual de Viola. Espero vuestros comentarios.
¡Buen inicio de semana y muchísimo ánimo con el inicio de la recta final del trimestre, las vacaciones están a la vuelta de la esquina!
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